Para llegar al éxito de un negocio es importante que los emprendedores cuiden el clima laboral de su equipo, ejerciendo un trabajo de líderes humanos y no jefes robotizados. Hoy en día, los términos de “jefe y líder” suelen confundirse como sinónimos, sin embargo, guardan una gran diferencia, el primero es una persona con autoridad impuesta para dar órdenes a los empleados y provocar miedo perjudicando el ambiente laboral, mientras que el segundo es aquel que guía a un grupo, incentiva, motiva e influye en el comportamiento y la forma de pensar de su equipo.
Según la encuesta realizada por el portal de empleo Aptitus, 8 de cada 10 trabajadores considera que el clima laboral es un factor determinante en su desempeño. Asimismo, 9 de cada 10 afirma que renunciaría si el clima laboral fuera negativo.
Aquí te compartimos las diferencias que existen entre ambos:
• El jefe no comparte su éxito, cree que todo le pertenece a él y se ve intimidado con el trabajo de su equipo. Mientras que el líder se caracteriza por compartir sus logros, con la fiel convicción que se consiguen gracias al esfuerzo de todos y en caso haya errores, él asume la responsabilidad sin culpar a otros.
• El jefe utiliza el poder para infundir temor y amenazar a su equipo, asimismo, anhela reverencia por sus subordinados. Por su parte, el líder se esfuerza por empoderar a su equipo, generar confianza en el ambiente laboral, asimismo, fomentar el trabajo de sus miembros mediante el reconocimiento de las buenas labores y esfuerzo de cada uno.
• El jefe ve a su equipo como simples empleados. En cambio, el líder los ve como las personas que son, es capaz de ponerse en el lugar del empleado y saber lo que está ocurriendo, además cuando toma decisiones, piensa siempre en lo que es mejor para todo el equipo y no sólo para él.
• El jefe utiliza los gritos como su manera de comunicación, además toma como alianza la humillación hacia sus subordinados. A diferencia del líder que habla menos y escucha más, enfocándose en buscar solución a los problemas y apoyar activamente a su equipo con una actitud positiva donde los miembros aprendan del error y sin que se sientan mal por ello.
Recuerda que, desarrollar la motivación, la empatía con el empleado, y transmitir verdaderos valores, es la clave para mejorar la productividad. Y para obtenerlo es necesario a trabajar y a reforzar el rol de “líder” con tu equipo.